5 de octubre de 2012

Pals

Pals constituye uno de los conjuntos históricos y arquitectónicos más importantes de Cataluña, por la riqueza de su legado patrimonial. El casco histórico de Pals, popularmente conocido como El Pedró, de origen gótico, situado en la cima del Puig Aspre, está rodeado de llanuras que en su origen fue zona pantanosa (Pals, proviene del latín “palus” que significa terreno pantanoso), desde donde se contempla una vista magnifica del Empordanet. Hay que remontarse al siglo IX para encontrar los primeros documentos escritos que hablan de esta población, época a la que pertenece su castillo. A pesar de ello hay indicios de que sus orígenes son mucho más antiguos. En Pals hay que buscar el detalle en los ventanales góticos, los arcos, los pozos, los umbrales de las puertas y un amplio abanico de rincones interesantes.

Calles empedradas interrumpidas por arcos de medio punto, fachadas con ventanas ojivales y balcones de piedra son los signos distintivos de Pals. Gracias a la iniciativa del Dr. Pi i Figueras médico natural de Pals, residente en Barcelona, de restaurar el conjunto medieval, Pals fue premiado con el Premio Nacional de Bellas Artes (1973), el Premio Nacional de Bellas Artes y Turismo (1980) y la medalla de Honor del Turismo de Cataluña (1986). Los trabajos de restauración se iniciaron en 1948 y no finalizaron hasta 30 años más tarde.

Destacan en Pals, la iglesia Sant Pere, del año 944, con una curiosa sucesión de estilos que van desde el románico hasta el siglo XVIII, fruto de las diversas reconstrucciones que ha sufrido a lo largo de su historia. Parte de la piedra con la que se construyó procede del antiguo castillo de Pals.

El castillo de Pals Fue documentado por primera vez en 889 con el nombre de castillo de Mont-Áspre. El segundo documento, data del año 994, por una donación hecha por los condes de Barcelona, Ramón Borell y Ermessenda, cediendo la torre de Pals y la iglesia de Sant Pere al Obispo de Girona. Entre el año 1380 y el 1482 estallan varias revueltas de campesinos llamadas Guerra de los Remensas que culminan con la guerra civil catalana contra Juan II. A raíz de este conflicto el castillo quedó muy dañado y el monarca permitió reaprovechar sus piedras para reconstruir la iglesia de Sant Pere y las murallas de la villa. Estos enfrentamientos bélicos hicieron que sólo se conservase la Torre del Homenaje de esta construcción defensiva. Se trata de una torre románica de planta circular levantada entre los siglos XI y XIII. Sus 15 metros de altura se asientan sobre una plataforma de roca natural, en la que también se encuentran numerosas tumbas visigóticas. Durante el siglo XV fue empleada como campanario, por lo que se la conoce como la Torre de las Horas. En la actualidad, el solar del castillo lo ocupa la casa de la familia Pi i Figueras, promotor de la restauración del Recinto Gótico de Pals. De factura moderna, esta casa mantiene los mismos rasgos arquitectónicos que el resto de la urbe.

Ca la Pruna, situada en la entrada del casco antiguo, es una casa fortificada del Siglo XV, donde podemos encontrar el museo de arqueología submarina, una exposición permanente de vinos y cavas de Cataluña y una sala destinada a exposiciones y los útiles del primer boticario de Pals, el señor Desideri Ferrer. Esta Casa-Museo se ha convertido en el punto de encuentro de Pals.

El mirador del Pedró, también conocido como Mirador de Josep Pla, desde donde se pueden observar las islas Medes, el macizo del Montgrí, el Canigó y la sierra de la Albera. Josep Pla escribía: «Pals merece no una visita, sino cien visitas, porque su situación ofrece la posibilidad de ver uno de los paisajes más bellos e inolvidables del país». En su honor se ha puesto el nombre del reconocido escritor a este mirador. 

La muralla, que data del siglo XII-XIV, es otro de los lugares que transportan al viajero a la Edad Media. Cuatro torres de planta cuadrada se mantienen aún en pie, abiertas de arriba a abajo por la cara que da al interior del recinto, cubiertas con bóveda de cañón o ligeramente apuntada.

La Plaza Mayor. En este punto se encuentra el edificio del Ayuntamiento y el arco gótico de salida del recinto amurallado, que podría haber formado parte de una lonja o plaza cubierta.

Según documentos históricos antiguos, en la costa de Pals había un importante puerto marítimo con movimientos de barcos y trasiego comercial. Algunos autores defienden que Cristóbal Colón no salió de Palos de la Frontera como señala la historia, sino de este puerto de Pals. Dicho puerto desapareció por el desvío del río Ter en el siglo XVIII cuando el Consejo del Reino, con la intención de evitar inundaciones, desvió su curso.

El cultivo del arroz ha sido históricamente una de las principales actividades de Pals. Su producto tiene un gran renombre. Los arrozales ocupan un gran parte del paisaje local y lo dotan de una singular belleza. Es muy recomendable pasear, a pie o en bicicleta, entre los cultivos siguiendo los numerosos caminos que recortan los campos.

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